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Carpe diem ad aeternam

Juan García Ruiz
February 7th, 2021 · 7 min read ·
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Los humanos somos capaces de proyectar nuestro futuro y tomar decisiones en función del mismo. A (casi) nadie se le ocurre beberse un vaso de lejía para empezar el día con fuerzas ya que (casi) todos sabemos que es una idea estúpida. Aunque no la hayamos probado, somos capaces de imaginar los resultados futuros tras ingerir esta sustancia. En el caso de la adicción, algunas personas mantienen ciertos comportamientos a pesar de que éstos producen claros efectos adversos. Es legítimo preguntarse si esto se debe a un problema a la hora de anticipar las consecuencias negativas de los mismos.

Para entender un poco mejor el tema de la adicción, hemos charlado con Serge Ahmed, director de investigación del CNRS (Centre National de la Recherche Scientifique, o Centro Nacional de Investigación Científica). Serge encabeza un laboratorio sobre la adicción a las drogas donde, desde hace veinte años, trata de modelizar diferentes síntomas de la adicción con la ayuda de animales para estudiar sus bases neurobiológicas.

Juan García Ruiz: ¿Puede hablarnos de su investigación actual más en detalle?

Serge Ahmed: La adicción a sustancias autorizadas como el alcohol o el tabaco, o a otras ilegales como el cannabis y la cocaína, afectan a millones de individuos en Europa y representa un gran desafío para la salud pública. Cada año en Francia, 70.000 personas mueren a causa del tabaco y 42.000 a causa del alcohol, lo que hace del estudio de la adicción un tema primordial.

JGR: El funcionamiento cognitivo, tal y como abordaremos, está íntimamente relacionado con la adicción. Usted trabaja con modelos animales para estudiar la cognición. ¿Hasta qué punto los roedores son un buen modelo para entender la cognición humana?

SA: Los humanos somos capaces de rememorar nuestro pasado y tenemos conciencia de nosotros mismos, tenemos lo que llamamos un sistema de memoria declarativa (episódica y semántica). Por otra parte tenemos la memoria procedimental, la memoria del savoir-faire (N. del A.: conducir un coche, tocar el piano, o nadar son algunos ejemplos). Las ratas nos permiten estudiar la memoria procedimental sin diferencias cualitativas importantes. Sin embargo, este modelo es algo más limitado para estudiar la memoria episódica. En cuanto a la semántica, ciertas informaciones no son accesibles en estos animales (especialmente en lo concerniente al lenguaje y los conceptos abstractos). Los roedores son un buen modelo para estudiar ciertas formas de memoria, pero resulta insuficiente para otros tipos que requieren una conciencia personal.

JGR: Los aspectos temporales de la cognición guardan una estrecha relación con la adicción. ¿Qué es eso de la cognición orientada al futuro?

SA: Una de las características de la adicción es que los individuos llevan a cabo comportamientos que van acompañados de consecuencias negativas y que persisten a pesar de que se tiene conciencia de las mismas. Las personas con problemas de adicción saben que lo que les ocurre cuando llevan a cabo cierto comportamiento no es positivo, pero continúan realizándolo a pesar de ello. En condiciones no patológicas, la conciencia de las consecuencias debería ser suficiente para evitar estos comportamientos.

En neurociencia utilizamos principalmente modelos animales para estudiar las bases biológicas de la adicción. La primera pregunta que nos hacemos es la siguiente: ¿son los animales capaces de tener una representación mental de las consecuencias futuras de sus comportamientos? Hasta el momento, sabemos que son capaces de involucrarse en comportamientos con consecuencias futuras, pero ¿son conscientes de esto? En muchas ocasiones, lo que observamos puede explicarse sin hacer alusión a las representaciones del futuro.

JGR: ¿Puede poner algún ejemplo?

SA: Por ejemplo, imaginemos que exponemos a un animal a un alimento por primera vez. Luego inducimos artificialmente una aversión a la comida (N. del A.: la inducción de la aversión se hace mediante una inyección de cloruro de litio, que provoca malestar, inmediatamente después de la ingesta de tal forma que se asocia el alimento con la sensación repulsiva). Al día siguiente, el animal evitará el alimento. ¿Por qué? Una explicación sería que el animal decide no comer de nuevo porque se acuerda de la experiencia pasada y es capaz de generar una representación del futuro en la que le ocurre lo mismo: no come para evitar un malestar futuro. En realidad no ocurre esto. En este caso, se trata de un cambio en la percepción gustativa del alimento: el estímulo utilizado para producir la aversión a la comida desencadena una reacción emocional negativa inmediata. El alimento comienza a ser percibido como algo repulsivo, sin necesidad de tener una representación de lo que ocurrirá en el futuro si se come.

Otro ejemplo: uso de herramientas en ciertos animales. El animal se hace con un objeto que no es útil en el momento de la adquisición, pero lo será en el futuro. El animal lo conserva durante un lapso de tiempo determinado, que puede ser de varias horas, y lo utiliza más tarde. Una explicación sería que el animal tiene una representación de la acción futura que realizará con el objeto para conseguir una recompensa. Otra explicación es que la herramienta tiene en sí un valor positivo ya que se asocia directamente a la recompensa, y por eso la conserva sin necesidad de representación futura.

JGR: Entonces, ¿la proyección del futuro es una cualidad esencialmente humana?

SA: En cualquier caso, a pesar de nuestros esfuerzos no hemos sido capaces de demostrar la existencia de esta capacidad en el animal. La evidencia que hemos encontrado con roedores y primates no humanos es prometedora pero puede ser interpretada sin hacer alusión a una representación del futuro. Por tanto, el estudio de la adicción en animales no ha aportado mucha luz al tema del papel de estas representaciones. No obstante, hemos sido capaces de entender otros aspectos de la adicción como la escalada en el consumo de drogas.

JGR: ¿Qué se sabe sobre las bases neurobiológicas de la representación del futuro en humanos?

SA: Esta capacidad está relacionada con el desarrollo marcado del córtex prefrontal. Hay ciertas regiones en el cerebro humano que ni siquiera presentan homologías en el cerebro de las ratas (aunque hay quien discrepa). Parece claro que el córtex humano no tiene rival en otros animales, ni siquiera en primates no humanos. Esto es coherente con la hipótesis de que la representación cognitiva del futuro requiere el funcionamiento de esta región del sistema nervioso.

JGR: Dejemos las ratas de un lado. ¿Qué le llevó a decantarse por la investigación?

SA: Desde que soy muy pequeño intento comprender el mundo que me rodea. Creo que fue esta curiosidad intrínseca por entenderlo todo, ya que nunca fue satisfecha por las respuestas facilitadas por otros campos del saber como la religión. No hay nada mejor en el mundo que intentar comprenderlo. Es necesario que las nuevas generaciones de investigadores se unan a la fiesta. Especialmente para entender el comportamiento y el cerebro. Como todo ser humano, me pregunto cómo pueden emerger el pensamiento y la conciencia. Esto me hizo decantarme por la neurociencia comportamental. Todavía no tenemos soluciones para estas grandes preguntas, y esto se debe a que quizá las hemos formulado mal.

JGR: La investigación científica avanza sin prisa pero sin pausa. El proceso para llegar a conclusiones estables es relativamente lento, por eso es una suerte poder charlar con alguien con tantos años de experiencia. ¿Qué ha aprendido?

SA: Algunas observaciones de nuestros laboratorios han sido seguidas muy de cerca por laboratorios de todo el mundo. Te voy a contar algunas de nuestras aportaciones:

  • Por una parte, hemos desarrollado un modelo animal para el proceso de escalada en el consumo de drogas (consumo incremental cada día), concretamente la cocaína. Este modelo animal ha sido reproducido con otras drogas y ha sido utilizado en laboratorios de todo el mundo. En este caso, se trata de una aportación bastante robusta, pero no demasiado sorprendente.
  • Por otra parte, hemos descubierto que aquellos animales que aumentan su consumo de droga cada día, cuando se les da la posibilidad de elegir entre continuar el consumo de droga u optar por una recompensa natural como una bebida azucarada, prefieren la segunda opción. Esto resulta sorprendente, casi nadie habría esperado tales resultados. Publicamos esto hace unos 15 años, y entonces éramos los únicos. Hoy en día los resultados han sido replicados por numerosos laboratorios. La explicación es tan simple como que la adicción al azúcar nunca ha sido tenida en cuenta, pero hoy en día está ganando mucho terreno.
  • Nuestro laboratorio ha sido el primero en demostrar que en el proceso de escalada hay un desajuste en el circuito de recompensa del cerebro. Utilizando una técnica de autoestimulación intracerebral con ayuda de un electrodo, los animales reciben una descarga eléctrica en el circuito de recompensa (estímulo muy positivo) cada vez que utilizan la rueda presente en sus jaulas. Este diseño experimental permite variar la estimulación eléctrica aplicada para estudiar cómo evoluciona el umbral de estimulación durante el proceso de escalada. La conclusión es que con el paso de los días, los animales necesitan una estimulación eléctrica mayor para lograr el mismo nivel de satisfacción, resultado coherente con el proceso de escalada.

JGR: ¿Un mensaje para las actuales y futuras generaciones de científicos?

SA: Para mí la ciencia es lo que nos permite mantener el contacto con la realidad. Mantener el contacto con la realidad es cada vez más importante en el mundo en que vivimos: desinformación y fake news. Es imprescindible que la ciencia sea independiente, despojada de cualquier interés, ya que es la única posibilidad para mantenernos libres y no caer bajo la influencia de la religión, la política o los grandes influyentes financieros. El discurso científico tiene una sola regla: podemos plantear cualquier hipótesis, la más descabellada del mundo, pero hay que ponerla a prueba. El científico es completamente libre a la hora de imaginar y de crear, tan solo tiene que tratar de encontrar evidencia para aceptar o rechazar las hipótesis que plantea. Evidentemente hay una distancia insalvable entre nosotros y la realidad, pero el método científico nos permite acercarnos. Mi mensaje es el siguiente: proteged la ciencia, garantizad que los científicos no sean esclavos de intereses de terceros que nada tienen que ver con la ciencia, permitid que los científicos sean libres a la hora de hacer preguntas y probarlas. La ciencia está ahí para ayudarnos a entender lo que es real y lo que no: por ejemplo, si tomamos el ejemplo de la covid19, la hidroxicloroquina ha sido (afortunadamente) rechazada como medicamento gracias a la ciencia. También me gustaría recomendar un libro, escrito para todos los públicos: The Knowledge Machine. Su autor, Michael Strevens, ha reflexionado profundamente sobre la ciencia y trata de entender por qué ha emergido tan tarde en la historia de la humanidad.

Strevens, M. (2020). The Knowledge Machine. Van Haren Publishing.

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